Dos alumnas del Tecnológico de Monterrey campus San Luis Potosí, participaron en el MIT Lift Lab en Estados Unidos.
Valentina Acosta, estudiante de quinto semestre de Ingeniería Mecatrónica y Sofía Moreno, de Ingeniería Industrial y de Sistemas, a través de simulaciones y clases intensivas, se enfrentaron a retos logísticos que les permitieron profundizar en la búsqueda de soluciones para negocios familiares en el país.
“Sí fue como toda la experiencia completa, la tarea previa que teníamos que hacer, las clases, fueron demasiado intensivas, y el tenerlo al final con los profesores de la mejor universidad del mundo, es algo increíble”, comentó Sofía.
El proyecto que les dio el pase al workshop en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), fue realizado junto a su compañero Miguel Alexis Gómez.
El objetivo fue resolver retos logísticos enfocado en analizar los factores económicos y patrones que determinan la supervivencia de las tiendas de abarrotes.

Del desafío de datos a la innovación
Lo que comenzó como un proyecto dentro del salón de clases, que tenía como objetivo ayudar a las tienditas de abarrotes a determinar factores de éxito, las impulsó y culminó en una experiencia internacional dentro del MIT.
El equipo enfrento algunos retos en la fase de investigación local, principalmente por la falta de datos completos.
La base de datos primaria no contenía datos relevantes, y la segunda, obtenida del Instituto Nacional De Estadística y Geografía (INEGI), era de 2014, lo que generaba inconsistencias y los resultados eran insustanciales para la investigación.
“La mayoría de las preguntas eran variables cualitativas, que no nos aportaban mucha información de manera numérica y no te lanzaba algo significativo para que se pudiera argumentar la decisión”, explicó Sofia Moreno sobre los obstáculos vividos.
“Una experiencia para retarnos a un nivel completamente diferente”.- Sofía Moreno
Ante esta limitación, las estudiantes decidieron complementar la información con su propia base de datos.
“Agregamos la ubicación geográfica como variable y elaboramos un mapa con todas las tiendas entrevistadas para analizar la correlación con las tiendas de conveniencia”, explicó Valentina Acosta.
El equipo complementó el análisis realizando entrevistas a los dueños de las tiendas de abarrotes, con preguntas sobre el número de trabajadores y las ventas mensuales.
Las respuestas servían para evaluar el rendimiento de los establecimientos, para posteriormente ser comparadas con su variable principal, la ubicación geográfica.
Si bien, la nueva base de datos era útil para evaluar y generar buenos análisis, implicó el riesgo de que los resultados fueran subjetivos debido a que están basados en la percepción y no en datos o registros de las tiendas.

MIT, una experiencia internacional
El MIT Low Income Firms Transformation Lab es una iniciativa de investigación del Centro de Transporte y Logística del MIT, que busca reducir fomentar el crecimiento económico en los países en desarrollo fortaleciendo la gestión de sus cadenas de suministro.
Durante dos días, las estudiantes recibieron master classes de expertos del MIT enfocadas en potenciar sus habilidades y conocimientos en temas de supply chain, programación, negocios y sustentabilidad.
“A mí lo que más me gustó, es que toda la gente es muy apasionada de lo que hace y tiene como mucha esperanza por el futuro", contó Valentina.
Posteriormente, resolvieron un reto logístico elaborado por profesores de la universidad, que consistió en manejar empresas que funcionaban como cadena de suministros, con el objetivo de maximizar ganancias y crear una buena estrategia de negocios.
“Cualquier cosa que puedas hacer por muy difícil que se te haga, con que tengas el tiempo y te dediques el tiempo a hacerlo, puedes obtener resultados”.- Valentina Acosta.
Conviviendo y trabajando en equipo con estudiantes de distintas carreras y semestres es que dieron solución a los retos presentados.
Las estudiantes destacaron que el mayor desafío en esta etapa fue el tiempo y coordinación con sus equipos internacionales.
“Nos dieron tres o cuatro horas y nos dijeron ’tiene que salir todo’. No nos conocíamos, no teníamos nada en común, nunca habíamos hablado, no sabíamos de qué carrera eran, ni por dónde empezar. Sí fue como super intenso”, añadió Acosta.
Aunque se vieron enfrentadas a problemas técnicos y de comunicación entre equipos, Moreno describe esta oportunidad como: “una experiencia para retarnos a un nivel completamente diferente”.
Transformar el futuro
De continuar y escalar a nivel estatal, el proyecto tiene el potencial de transformar la economía familiar y local al ofrecer herramientas de toma de decisiones estratégicas.
“Si aportamos a ese sustento o a la decisión para que esas personas les puedan ir exitosamente, estaremos aportando a la economía local y la de esas familias", añadió Sofia
Sobre el impacto personal de la experiencia, compartieron la importancia de la curiosidad en el campo STEM.
“Cualquier cosa que puedas hacer por muy difícil que se te haga, con que tengas el tiempo y te dediques el tiempo a hacerlo, puedes obtener resultados”, finalizó Valentina.
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